Te acompañamos a sanar las heridas profundas de tu pasado y a liberarte de los bloqueos emocionales que te han impedido avanzar hacia una vida más plena y satisfactoria
A veces, sin darnos cuenta, nos empeñamos en perseguir algo que parece inalcanzable: la felicidad. Queremos sentirnos bien todo el tiempo, hacer cosas que nos mantengan alegres, y aunque eso suene lógico, puede convertirse en una fuente de agotamiento.
Vivir buscando un estado de euforia constante es como perseguir una nube que se disipa.
La alegría es una emoción pasajera, al igual que la tristeza, el miedo o la ira. Son estados que vienen y van, que dependen de lo que vivimos en cada momento. Pero… ¿qué pasa si, en lugar de buscar estar felices todo el tiempo, buscamos algo más profundo, más estable?
La serenidad es diferente a la alegría. No depende de las circunstancias externas. Puedes estar en calma aun cuando la vida no esté saliendo como planeabas, aun cuando estés enfrentando dolor o incertidumbre. Es un estado que se trabaja, que se cultiva poco a poco, y que, cuando lo alcanzas, te permite sobrellevar las tormentas sin perder el centro.
Quizás te preguntes, ¿cómo es posible estar tranquilo en medio del caos? La respuesta está en ti. Las emociones no surgen de la nada, sino de cómo interpretamos nuestras experiencias. Y si estamos en conflicto con nuestras emociones, en realidad estamos en conflicto con nosotros mismos. Es como una batalla interna que se repite una y otra vez, y que, sin darnos cuenta, nos aleja de la paz que tanto anhelamos.
Para sanar esa relación contigo, es necesario mirar atrás, a las heridas que aún no han cicatrizado.
Esas que llevas tanto tiempo cargando y que, de alguna manera, influyen en cómo te sientes hoy. Trabajar en tu historia de vida, reconciliarte con tu pasado, es un paso clave para poder avanzar. No se trata solo de paliar los síntomas o de aprender técnicas para gestionar mejor el día a día; se trata de sanar desde dentro.
Nosotras entendemos lo que sientes. Lo entendemos porque nosotras también hemos estado ahí.
La vida nos ha llevado por caminos que, en su momento, parecían insuperables, llenos de dolor, confusión y heridas profundas. Heridas que, aunque tratamos de curar y de tapar con tiritas, siguen doliendo porque no conseguimos sanar del todo y cicatrizar. No solo hablamos desde la teoría o la formación profesional. Hablamos desde la experiencia, desde todo lo que hemos vivido como humanas. Eso nos ha llevado a conectar de una manera mucho más profunda con las personas que hoy acompañamos.
Sabemos lo que es enfrentar momentos oscuros, lidiar con el peso del pasado y sentir que, por mucho que lo intentemos, algo nos sigue reteniendo. Sabemos lo que es querer cambiar, pero no saber por dónde empezar. Y es precisamente por eso que queremos volcar toda esa experiencia, tanto personal como profesional, en el trabajo que hacemos. No estamos aquí para decirte qué hacer o qué sentir, sino para caminar a tu lado, para ofrecerte las herramientas que nos han ayudado a nosotras y a muchas otras personas a sanar.
Te acompañamos a sanar las heridas profundas de tu pasado y a liberarte de los bloqueos emocionales que te han impedido avanzar hacia una vida más plena y satisfactoria
El trauma es algo que muchas veces queda incrustado en nuestro ser, en nuestros pensamientos, en nuestra manera de relacionarnos con el mundo.
Puede que no lo reconozcamos al principio, pero está ahí, marcando cómo respondemos a las dificultades de la vida. Esas heridas no siempre son visibles, pero el impacto que tienen en nuestro bienestar es real. Y la sanación no es un proceso lineal ni rápido. Es como un viaje en el que a veces avanzas, a veces retrocedes, pero con cada paso, te estás acercando más a ese estado de serenidad del que hablábamos antes.
La constancia en este proceso es lo que realmente marca la diferencia. El cambio profundo no sucede de la noche a la mañana, pero con cada pequeño paso que das, estás un poco más cerca de esa calma que buscas. Trazar tu propio camino, aprender a autorregularte y liberarte de los bloqueos mentales que te han acompañado tanto tiempo… todo eso está a tu alcance.
Y aunque no siempre sea sencillo, no estás solo en este viaje. Nosotras estamos aquí para acompañarte, para apoyarte en cada paso. Lo hacemos con empatía, desde lo más humano, porque sabemos lo importante que es sentir que alguien realmente te escucha, te entiende y está dispuesto a caminar contigo sin juzgarte. Queremos que sepas que, aunque el proceso pueda ser largo o complicado, no estás solo en él.
¿Qué significa Ananda?
Ananda representa un estado de serenidad y satisfacción plena que surge al conectar con tu yo interior, más allá del dolor emocional. No es la ausencia de problemas lo que define este estado, sino la capacidad de afrontarlos y transitarlos desde un lugar de calma profunda.
Ananda no significa vivir sin dificultades, significa desarrollar esa serenidad interna que te permite gestionar los desafíos de la vida de manera más equilibrada y consciente. Es un espacio donde, a pesar de las dificultades, puedes encontrar paz y fortaleza dentro de ti mismo.
María Gómez-Escalonilla Borrell, psicóloga general sanitaria
Cristina Luna Falque, psicóloga general sanitaria
¿Cómo nos conocimos?
Nos conocimos en un encuentro de psicólogos y conectamos rápidamente, tanto a nivel personal como profesional. Compartimos una visión de la psicología que nace de la misma raíz: acompañar a las personas a encontrar la serenidad que necesitan en su vida, a pesar del dolor y los obstáculos que puedan surgir en el camino.
Para nosotras, es fundamental brindar ese acompañamiento que en algún momento también hemos necesitado. Sabemos lo importante que es sentirse apoyado y comprendido cuando la vida se vuelve difícil.
El dolor puede seguir ahí, pero ya no te controla.
Porque has aprendido a gestionarlo, a integrarlo de una manera que te permite avanzar. Y en ese avance, aunque sea lento, encuentras la paz que tanto buscabas.
Tu historia es única. El camino que trazas es solo tuyo. Y nosotras estamos aquí para acompañarte en cada paso, con la certeza de que, con constancia y apoyo, puedes alcanzar esa serenidad que te permitirá vivir en paz, sin importar las circunstancias que enfrentes.